martes, 24 de noviembre de 2020

Valladolid

 

Valladolid

 

Casa Zorrilla

        José Zorrilla, el inmortal autor de Don Juan Tenorio, nació en esta casa el 21 de febrero de 1817. Pasó en ella su infancia y a ella regresó en 1866. además de la actividad museística propiamente dicha, la Casa se ha convertido en anfitriona de recitales, lecturas, talleres, conferencias, actuaciones, espectáculos, teatro, etc, tanto en la recoleta Sala "Narciso Alonso Cortés", como en su espléndido jardín romántico (temporada estival).

Catedral

        La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid es un templo católico ubicado en la ciudad de Valladolid con categoría de catedral, sede de la Archidiócesis de Valladolid. Concebida en el siglo XVI como última obra de Felipe II y diseñada por el arquitecto Juan de Herrera, es un edificio de estilo herreriano con añadidos barrocos. Debía ser la catedral más grande de Europa , si bien se encuentra construida en un 40-45%, debido a la falta de recursos para un proyecto de tal magnitud y a los gastos provocados por la difícil cimentación del templo, situado en una zona con un gran desnivel en el terreno.

        Obtuvo la categoría de catedral el año 1595, tras haber sido un templo colegial dependiente de la diócesis de Palencia.

        Está situada en el centro de la ciudad, en una zona ligeramente elevada, cerca de la Iglesia de Santa María La Antigua y construida junto a la Colegiata de Santa María, anterior iglesia colegial de Valladolid, algunos de cuyos espacios fueron destruidos para continuar con las nuevas obras.

        Palacio de Pimentel. Diputación. El Palacio de los Pimentel, actual sede de la Excma. Diputación Provincial, fue comprado por ésta en 1875. Perteneció primeramente al Marqués de Astorga y posteriormente a Don Bernardino Pimentel, así como a los Condes de Rivadavia y los Marqueses de Camarasa. Carlos I lo ocupó varias veces y vio nacer entre sus muros al Príncipe Don Felipe, que reinaría con el título de Felipe II.

        El Palacio hace esquina, asomándose a la calle de las Angustias y a la calle Cadenas de San Gregorio, en una de las zonas más nobles de la ciudad, pudiéndose contemplar desde sus balcones el antiguo Palacio Real y la Iglesia de San Pablo y apenas a cien metros del Colegio de San Gregorio, inmejorable marco del Museo Nacional de Escultura.

        La puerta principal se abre mediante arco carpanel. El zaguán es de amplias proporciones, desembocando en el patio por puerta desenfilada. El patio conserva columnas en los cuatro lados del piso inferior, con capiteles de muy simple labra.

        Lo más sobresaliente de su exterior es la ventana plateresca situada en la esquina del palacio, con motivos escultóricos estrechamente relacionados con la manera de Diego de Siloé.

        En su interior se han instalado dos notables artesonados, uno de planta casi cuadrada, procedente del Colegio de San Gregorio, de finales del siglo XV y el otro también mudéjar y en forma de artesa, procedente de la parroquia de Villafuerte de Esgueva. 

Las francesas. 

        El Convento de las Francesas (o también conocido como Convento de las Comendadoras de Santa Cruz o Convento de Dominicas Franciscanas) es un templo católico ubicado en el centro de Valladolid desde el siglo XV. Actualmente Solo se conserva el claustro rehabilitado como centro comercial, y la iglesia que hoy es la Sala Municipal de Exposiciones de la Iglesia de las Francesas, todo ello en el interior de un bloque de viviendas levantado en los años setenta del siglo XX.

        Fundaron en 1487 este convento doña María de Zúñiga y doña María de Fonseca, que eran hermanas, y cedieron para su residencia sus casas situadas en la Calle del Campo. Le denominaron de Santa Cruz, de señoras comendadoras de la orden de Santiago. Tomaron el hábito ellas mismas, creando de esta manera una institución de rigurosa clausura, destinada a dar acogida a "señoras de distinción, hijas o hermanas de Grandes Títulos de España".

        La iglesia antigua, construida en el palacio de las dos hermanas, era pequeña. Tenía esculpido el escudo de los Zúñiga, rama de los Duques de Bejar. De ahí vino el nombre de la calle próxima.

Pero ya en el siglo XVII el edificio habría de ser renovado, construyéndose la iglesia nueva, por intercesión de otra ilustre dama que profesa, doña María Ana Ladrón de Guevara, hija de los Condes de Oñate. Había quedado viuda de don Pedro Pimental, marqués de Viana, y se recogió en el convento. Murió en 1651 y fue sepultada en la iglesia vieja, dejando ya terminada la capilla mayor del nuevo templo. En 1721 dice Canesi que dio fin la obra de esta iglesia.

MM. Carmelitas Descalzas. IV Fundación de santa Teresa de Jesús.

        La IV Fundación de Santa Teresa, el Convento de las Carmelitas Descalzas de Valladolid. Monasterio en el que las muchas de las estancias se encuentran en diferentes niveles ya que se compraron varios palacios que se adaptaron y unieron para crear el convento. Sin duda, es un convento de cruces de caminos, con muchas puertas, con numerosos pasillos, que todos conducen a habitáculos sencillos, humildes e intimistas donde el arte es un auténtico disfrute para la vista de cualquiera.

        Sala capitular. En la sala nos encontramos la imagen de la santa abulense y unos bancos corridos que sirven para celebrar las reuniones capitulares del convento.

        Capilla, situada junto a la Sala Capitular, en uno de los laterales del claustro, nos encontramos una escultura del siglo XVII, de Gregorio Fernández, con rasgos casi idénticos a la existente en el Museo Nacional de Escultura. En esta capilla también nos encontramos cinco pinturas murales. Fue mandada construir por Manuel de Tordesillas, pariente de Santa Teresa, en 1682.

        En el patio encontramos otras dos capillas: la capilla dedicada a la Virgen del Carmen y construida por orden de Felipe II a petición de Estefanía de los Apóstoles; y la capilla ordenada por la reina Margarita de Austria, que está dedicada al Santo Cristo.

        Refectorio. De la época de la creación de esta IV Fundación, y que cuatro siglos después continúa usándose a diario para los desayunos, comidas y cenas. Una estancia austera, de silencio, donde la hermana superiora descubrió un secreto: la mesa donde comió la abulense.

         Un pequeño museo donde está una de las joyas de la Santa, el Manuscrito de Camino de Perfección.

En la celda donde vivió Santa Teresa de Jesús. Un espacio amplio, que con el paso del tiempo ha sufrido muchos cambios para readaptarlo incluso como pequeña capilla, y donde un ‘Cristo Yacente’ del círculo de Gregorio Fernández reposa sobre el antiguo camastro e incluso está apoyado en sus almohadas.

        Pero las huellas de Santa Teresa de Jesús se encuentran por toda la casa, incluso en el huerto, donde se conserva un gran árbol, un ejemplar de moral de 24 brazos que la propia religiosa plantó. Aunque parte de estas estancias no son visitables.

Palacio de Fabio Nelli

        El palacio de Fabio Nelli es, a juzgar por los críticos e historiadores, el edificio renacentista del periodo clasicista más importante de la ciudad de Valladolid. Según palabras del arquitecto Antonio Bustamante García, «se considera este palacio como el mejor exponente y obra de primera fila dentro del Clasicismo de la arquitectura civil de Valladolid». Los críticos de arte aseguran que tuvo mucho que ver en el resultado de la obra el buen entendimiento y comprensión entre el promotor, el banquero Fabio Nelli, y la genialidad y maestría del autor Pedro de Mazuecos el Mozo.

        Levantado en una época en la que Valladolid iniciaba su decadencia, su construcción duró unos veinte años, sucediéndose periodos de inactividad en la obra y un cambio de arquitecto por la muerte de Juan de la Lastra, que fue quien lo inició.

        Decorado y rematado siguiendo el gusto clasicista italiano, su fachada, su patio y su escalera son el máximo exponente de este tipo de arquitectura en Valladolid. Tras la muerte del banquero tuvo varios usos, hasta que en el siglo XX pasó a ser sede del Museo de Valladolid, institución destinada a recoger todos los restos arqueológicos y artísticos de la provincia.

        Su estado de conservación es relativamente bueno, precisando con urgencia una ampliación del espacio dedicado al museo y una restauración de la fachada y el patio del propio palacio.

Palacio de Valverde    

       El Palacio del Marqués de Valverde es una residencia palaciega que data del último cuarto del s. XVI. Su entrada se encuentra en la calle san Ignacio de Valladolid, junto a la Casa de los Arenzana, frente a la iglesia de san Miguel y san Julián, haciendo esquina con la calle Expósitos y la Plaza de Fabio Nelli, donde se halla el palacio del mismo nombre, sede del Museo Arqueológico de Valladolid. En el siglo XVI, en torno a esta zona se encontraban las principales mansiones y casas palaciegas de la ciudad, tal como recuerda la ruta de El hereje, novela de Miguel Delibes que retrata el Valladolid de la época.

Patio Herreriano

        Uno de los claustros renacentistas del antiguo Monasterio de San Benito sirve de sede para este museo. Sus fondos ofrecen un seguimiento y una visión coherente de los principales artistas y tendencias del arte español de los siglos XX y XXI. Con una colección compuesta por más de 1.100 obras, en sus salas se pueden contemplar piezas de artistas como Esteban Vicente, Eduardo Chillida, Miquel Barceló o Antoni Tapies. También destaca el Fondo Ángel Ferrant, que incluye esculturas, dibujos y más de 3.500 documentos, y el Archivo de la Galería Buades.

San Benito

        La iglesia de San Benito el Real, de la orden benedictina, es uno de los templos más antiguos de Valladolid.

Fue erigida sobre el antiguo Alcázar Real y está realizada en estilo gótico; aunque la fachada en forma de torre pórtico es posterior: fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón en 1569. Originalmente, esta torre poseía bastante más altura gracias a la existencia de otros dos cuerpos para el campanario, que se encontraban sobre los actuales, y que fueron derribados en el siglo XIX por amenazar ruina.

        Entre los tesoros que se encontraban en la iglesia cabe destacar el Retablo de San Benito el Real de Valladolid y la sillería, que se encontraba en la nave central.

        En cuanto a la sillería, esta fue construida por Andrés de Nájera y terminada en 1528. Posee sillas bajas y altas y se disponía en la nave central. El destino de esta sillería era servir para las reuniones anuales de abades de los monasterios castellanos de la orden benedictina, que tenían lugar en esta iglesia. Así, en los respaldos de las sillas altas, aparecen los santos a los que estaban advocadas las distintas casas benedictinas españolas, pudiendo encontrar cada abad fácilmente su asiento gracias a la imagen del respaldo. El estilo de la sillería es el plateresco. El nuevo estilo a lo Romano proveniente de Italia estaba ya entrando en España. Aparecen decoraciones que tienen su base en las pinturas de la Domus Aurea de Roma y que en aquel momento se estaban descubriendo y eran estudiadas por todos los artistas que tenían oportunidad de ello. Las imágenes de santos también han abandonado totalmente las formas góticas y debido a su belleza y proporciones estudiadas se percibe en ellas el latir del Humanismo. La calidad de la escultura es muy alta y muchos autores afirman que ésta es una de las mejores sillerías existentes en España.

        En 1571 se asentó la reja que abarca las tres naves y divide transversalmente la iglesia en dos partes jerarquizadas: la de los pies, destinada al pueblo llano, y la de la cabecera, destinada a los monjes. La reja es obra de Tomás Celma y es una estimable muestra de la rejería de aquel momento.

        Además del retablo y la sillería se encontraban en la iglesia otras obras de arte de gran valor: pequeños retablos, sepulcros, órganos, etcétera.

        Después de la desamortización de Mendizábal en 1835, el monasterio se transformó en fuerte y en cuartel, cerrándose al culto la iglesia, que fue despojada de las obras de arte que poseía. Por suerte, conservamos la sillería y gran parte del retablo mayor en el Museo Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid. La reja es lo único que se quedó en la iglesia y no sufrió apenas daños. A partir de mediados del siglo XIX, muchas voces piden la reapertura de la iglesia; y finalmente se logra en 1892, estando encargada del culto la Venerable Orden Tercera del Carmen. Desde 1897 es la Orden del Carmen Descalzo la que se hace cargo de la iglesia. En 1922 se instala un nuevo retablo mayor barroco, procedente de la población de Portillo (Valladolid).

 

Santa María La Antigua

        La iglesia de Santa María de La Antigua se levanta desde al menos el s XI en la ciudad de Valladolid. Conserva de fines de la centuria siguiente s. XII una esbelta torre románica rematada con un chapitel apiramidado de teja y un pórtico en el lado norte también románico. El resto del edificio es gótico y neogótico, pues se levantó en el S. XIV y fue intensamente restaurado y reconstruido en la primera mitad del s. XV.

        Posiblemente sea una de las parroquias con más historia de Valladolid. Bajo el actual edificio se han encontrado restos de unos baños romanos. Se menciona su existencia en 1088, siendo por lo tanto anterior a la Colegiata de Santa María la Mayor a lo que alude su apellido la Antigua. Parece ser que fue dotada, en el siglo XI (1095) por el conde Pedro Ansúrez, repoblador de la ciudad. De esta construcción primitiva no se conserva nada. Las partes más antiguas del actual templo datan de finales del siglo XII o primeros años del siguiente y son de estilo románico: la galería porticada situada al norte del edificio, y la esbelta torre, situada a los pies, con planta cuadrada y cuatro pisos, con ventanas en los tres últimos, rematada con chapitel piramidal.

        El resto del templo fue reedificado probablemente en el siglo XIV, bajo el reinado de Alfonso XI de Castilla, siguiendo el estilo gótico y con notables influencias de la Catedral de Santa María de Burgos. Esta iglesia del siglo XIV se organizaba en tres naves, rematadas por tres ábsides poligonales, sin girola, y crucero manifestado sólo en los alzados y no en la planta. La planta presenta varias irregularidades, sobre todo en la cabecera, quizás por intentar aprovechar cimentaciones anteriores, por errores de replanteo o por cambio de decisiones, y el eje del templo tiene una ligera desviación frente a los de la torre y galería porticada. Las bóvedas eran de crucería sencilla y se apeaban sobre pilares de núcleo cilíndrico con columnillas adosadas. Los plementos de la capilla mayor están calados, como sucede en la catedral burgalesa. La iluminación se resolvía con esbeltos ventanales ojivales geminados con derrame exterior e interior en los ábsides, sencillos huecos pareados en la nave central y dos grandes rosetones, cuya tracería original se desconoce, en los dos hastiales de los cruceros.

 

San Martín y san Benito el Viejo, Quinta Angustia de G Fernández

        La iglesia de San Martín nació como ermita en el año 1148, y debido al crecimiento de su barrio, pronto alcanzó la condición de parroquia.

        Destaca por su torre campanario, románica con arcos apuntados, que data del siglo XII, tomando como modelo la de la iglesia de Santa María de La Antigua y con una similar organización de huecos. Originalmente, al igual que su modelo, tuvo un chapitel piramidal de fuerte pendiente, que fue desmontado al empezar a aparecer grietas en la torre, diciéndose en 1788 que su desmonte se había realizado mucho tiempo atrás. En 1812, se juntó esta parroquia con la de San Benito el Viejo, por lo cual hoy la iglesia tiene esta doble advocación.

        El templo primitivo, excepto la torre descrita, fue demolido en 1588, levantándose una nueva iglesia diseñada por Diego de Praves. Dicha iglesia, consta de una sola nave, de tres tramos, con coro alto a los pies y cubierta con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones; se iluminaba con huecos termales, posee capillas hornacinas entre los contrafuertes y los arcos de comunicación de éstas con la nave se abren entre pilares decorados con pilastras toscanas que sujetan un entablamento interior que corre a lo largo de toda la nave y crucero. El crucero, de cortos brazos cubiertos con bóveda de cañón, se cerraba con una cúpula vaída ciega sobre pechinas. Todos los abovedamientos (hoy desaparecidos y sustituidos por cielorrasos tras un hundimiento acaecido en 1965) presentaban decoración a base de yeserías planas con diseños lineales y geométricos.

        La iglesia seguía el modelo de iglesia conventual, esta vez aplicado para una iglesia parroquial. Las obras concluyeron en 1621, realizándose una inscripción, hoy desaparecida, que corría a lo largo del entablamento interior donde se decía que Francisco de Praves había terminado el edificio.

        El retablo mayor fue construido entre 1672 y 1681 por Pedro de Cea y Cristóbal Ruiz de Andino, dorándose en 1683. Presenta seis grandes columnas salomónicas. En el ático se encuentra un altorrelieve que representa a San Martín dando su capa al mendigo, obra del escultor Juan Antonio de la Peña (1674). En el nicho central del retablo se encuentra una escultura de San Benito de mediados del siglo XVIII. (Hay que tener en cuenta que la cercana iglesia de san Benito El Viejo fue cerrada al culto en 1812 y que se unieron en esa fecha las parroquias de San Benito el Viejo y San Martín en el templo de esta última). En un transparente situado en el centro de este retablo se halla la imagen de Nuestra Señora de la Peña de Francia, que contó con gran devoción en el pasado.

        Entre 2004 y noviembre de 2007 el edificio fue intensamente restaurado, renovándose los cielorrasos y las cubiertas, consolidándose las fábricas y limpiando y pintando el interior. El retablo mayor fue restaurado igualmente y a sus pies se descubrieron bastantes lápidas sepulcrales de los siglos XVII y XVIII, que se han dejado visibles. Durante ese tiempo, la imagen de La Quinta Angustia de G Fdez. estuvo alojada en el vecino Convento de las Descalzas Reales.

        En el exterior destaca la fachada principal, a los pies. Es muy sencilla y sobria. Originalmente tenía dos cuerpos en altura separados con una imposta plana y se remataba con un frontón. En el inferior se situaba la portada, que manifiesta gran influencia del Palladianismo; está concebida como un arco triunfal simplificado, mostrando un altorrelieve realizado en 1721 que muestra a San Martín entregando su capa a un mendigo. El cuerpo alto tenía una sencilla ventana adintelada. El cuerpo alto y el frontón original se perdieron en 1965, con el derrumbe de las bóvedas de la nave central, procediéndose a rematar en ese momento la fachada con actual frontón, bastante poco proporcionado.


I. Capilla de la Cofradía de N. S. de las Angustias, V de la Angustias, C de los Carboneros, C Yacente, Descendimiento, S Sepulcro, V de la Encarnación.

        Esta capilla, construida a principios del siglo XVIII, muestra un interesante espacio ochavado cubierto con cúpula y linterna, al que se abre otro espacio que sirve de camarín, donde se encuentra la imagen titular, Nuestra Señora de las Angustias, en madera policromada, obra del escultor Juan de Juni, de excepcional calidad y una de las obras más conocidas de su autor.

       Las tallas centrales de los pasos jalonan los distintos retablos laterales del templo, entre los que se encuentra el Cristo de los Carboneros -también llamado de la Luz antiguamente-, atribuido a Francisco de Rincón; el Cristo Yacente; así como San Juan y la Magdalena, obra de Gregorio Fernández.


I. san Pablo, C Yacentes de G Fernández, C del altar mayor de Juan de Juni, portadas de la Epístola y del Evangelio, capillas del Crucificado, de santo Domingo, etc.

        La iglesia conventual de San Pablo, de la orden de los dominicos es uno de los templos más representativos de la ciudad de Valladolid . Se encuentra en la plaza de San Pablo, lugar donde se hallan también el palacio Rea y el palacio de Pimentel, los llamados sitios reales en siglos pasados. Se encuentra adosada al colegio de San Gregorio y próxima al resto de sedes del Museo Nacional de Escultura.

         En esta iglesia fueron bautizados los reyes Felipe IV y Felipe II.

        Desde 1260, por iniciativa de la reina Violante de Aragón, esposa de Alfonso el Sabio, se organizan las residencias de franciscanos y dominicos. En aquel momento, las reinas ostentaban el señorío de la villa, por lo que apoyaron el asentamiento de estas órdenes, que favorecían su desarrollo.

        Si bien la creación de la Orden de San Pablo Primer Eremita se habría llevado a cabo en Hungría en 1250 por iniciativa del beato Eusebio de Estrigonia, en concreto, el convento de San Pablo en Valladolid fue fundado en 1276 por Violante de Aragón, en honor a esta orden eremita en formación. Ella era hija de la reina Violante de Hungría, la cual había arribado a tierras ibéricas para consumar su matrimonio con Jaime I de Aragón. Por otra parte, sería diez años más tarde cuando la reina María de Molina dedicó grandes esfuerzos para que se llevara a cabo la construcción formal del convento situado en un solar cedido por el Concejo a los dominicos al norte de la ciudad.

        Entre 1445 y 1468, fue el cardenal fray Juan de Torquemada, tío del inquisidor general Tomás de Torquemada, quien sufragó las obras para la construcción de la iglesia definitiva gracias a las bulas papales. Esta nueva construcción sustituyó a otra iglesia de tipo mendicante, cubierta con techumbre de madera. Se concluyó la cabecera, el crucero y la nave con cubierta de madera.

         La Anunciación de Fra Angélico se conservó en San Pablo antes de pasar al Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid y finalmente al Prado.

        A la muerte de Torquemada, fue mecenas del convento el obispo palentino fray Alonso de Burgos, que costeó el claustro, el refectorio, la parte baja de la fachada y las portadas del crucero, además del anejo colegio de San Gregorio y su capilla funeraria. Participaron en este cometido los arquitectos hispano flamencos Juan Guas y Simón de Colonia. Hacia 1550, el cardenal García Loaysa, confesor de Carlos I, mandó construir la sacristía, cubierta con una bóveda estrellada decorada con escudos de la orden y figuras de santos dominicos.

        En 1601, con el traslado de la capital del Imperio a Valladolid, el duque de Lerma, valido de Felipe III, se convirtió en su patrono; costeó la reforma de su fachada principal y dotó al convento de numerosas obras de arte, entre ellas La Anunciación, de Fra Angélico, hoy en el Museo del Prado. Se amplió el templo en lenguaje clasicista y se adecuó a un uso funerario, con el arquitecto Diego de Praves. Se amplió asimismo la fachada tratando de obtener un efecto de conjunto. Durante este periodo se llevó a cabo una singular concentración de elementos decorativos, fundamentalmente esculturas góticas, y se levantaron las torres que flanquean la fachada.

        Entre 1613 y 1616, se efectuaron reformas en estilo herreriano de algunas capillas de la nave y el coro bajo la dirección de Diego de Praves. Se encargó a Juan de Nates, según un proyecto diseñado por Francisco de Mora, la ejecución de la tribuna de los patronos, desde la cual oían misa los duques, y la puerta dórica de la sacristía.

        En la iglesia de San Pablo fueron bautizados los reyes Felipe IV y Felipe II. De este último, la leyenda cuenta que por una de las ventanas del Palacio de Pimentel, de la que cuelga una cadena, fue sacado al nacer para que fuera bautizado en esta iglesia, pues de salir por la puerta del palacio debería haber sido bautizado en la cercana iglesia de San Martín.

        En el siglo XIX con la invasión francesa, las tropas napoleónicas profanaron la iglesia y el convento causando graves daños. La progresiva ruina del conjunto y los distintos procesos desamortizadores, en especial la desamortización de 1835, acabaron con las dependencias conventuales para transformarlas en presidio, quedando solamente en pie la iglesia.

        En el siglo XX, la iglesia sufrió un incendio y se llevaron a cabo varias restauraciones. Durante los primeros años del siglo XXI, la iglesia ha sido objeto de una restauración integral. La iglesia es del tipo de las habituales en tiempos de los Reyes Católicos, siguiendo el estilo que se desarrolla en Castilla durante su reinado; el gótico Isabelino. Como corresponde al gótico tardío, presenta una sola nave con capillas abiertas entre contrafuertes, coro alto a los pies y crucero muy marcado en planta y alzado. El ábside principal es de planta ochavada y todo se cubre con bóvedas de crucería gótica: la bóveda de la nave descansa sobre ménsulas renacentistas realizadas hacia 1540vb.

        En los testeros del crucero se disponen dos portadas en piedra de estilo Reyes Católicos, elaboradas hacia1490 por el taller de Simón de Colonia; la de la izquierda permitía el acceso a la capilla del Crucifijo y posteriormente se utilizó como salida al claustro; la de la derecha se configuró como portada de la capilla funeraria de Alonso de Burgos. Simón de Colonia se comprometió a realizar la fachada de la iglesia y su obra se concluyó hacia el año 1500. En el atrio de la fachada se colocó el crucero procedente de la iglesia de Santiago y los pilares, rematados con leones tenantes por el duque de Lerma en 1601.

        La fachada, responde parcialmente al estilo gótico isabelino, como se ha mencionado, se sabe que las obras dirigidas por Simón de Colonia se concluyeron hacia 1500, pero en la fachada se distinguen dos partes claramente diferenciadas:

        La primera parte, hasta la imposta que se encuentra encima del rosetón central, en la que se distinguen varias gárgolas y limitada lateralmente por dos agujas. Sobre la puerta, resuelta con arco conopial de perfil ondulado. Entre un gran arco carpanel dispuesto a manera de colosal guardapolvo se halla un relieve con la escena de la Coronación de la Virgen, en presencia de fray Alonso de Burgos, arrodillado, y en compañía de los Santos Juanes. Sobre este relieve se encuentran unos ángeles tenantes con escudos del Duque de Lerma. La segunda parte de la fachada, compartimentada en espacios rectangulares, llega desde la imposta hasta el límite inferior del frontón triangular superior. La mentalidad clasicista explica la claridad de su ordenación y para su decoración se utilizaron esculturas góticas, algunas próximas al taller de Gil de Siloé y se tallaron otras para la ocasión. El acoplamiento de estos motivos y elementos decorativos se llevó a cabo durante el patronato del duque de Lerma, junto con la construcción de las dos torres, por lo que presentan las armas y lápidas indicativas de los Sandoval y Rojas, duques de Lerma. El fondo de estrellas también se refiere al emblema de los Rojas.

        Por último, la fachada se remata con un frontón triangular. Sobre un fondo de escamas hay un escudo de los Reyes Católicos, que corona toda la portada. El frontón presenta una idéntica unidad estilística con el cuerpo bajo de la misma forma, corresponde también a la obra de Simón de Colonia, pero en cambio, la decoración que le envuelve no es gótica sino renacentista.En la capilla mayor se encuentra enterrado Francisco de Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma, junto a su esposa, aunque las esculturas funerarias, realizadas en bronce, se encuentran formando parte de la colección del Museo Nacional de Escultura.

       Presenta dos capillas absidales; en las que se encuentra una imagen de Santo Domingo de Guzmán, realizada por Gregorio Fernández y un Cristo yacente, de tipo tabernáculo, también esculpido por Fernández. En el presbiterio, un Cristo en la cruz datado en el siglo XVII, atribuido a Pedro de la Cuadra, y cuatro santos dominicos, originarios de Fernández.

        En el crucero se encuentran dos pinturas de Bartolomé de Cárdenas, La vocación de San Pedro y La conversión de San Pablo, procedentes del desparecido retablo mayor.

        En la sacristía hay un Cristo, de mayor tamaño que el situado en el presbiterio, atribuido a Francisco Alonso de los Ríos.

   Diputación o Palacio de Pimentel

        El Palacio de Pimentel, sede de la Diputación Provincial de Valladolid, se sitúa en la confluencia de la calle de las Angustias con la de Cadenas de San Gregorio. Es, además de un claro ejemplo de la arquitectura doméstica del Renacimiento en Valladolid, testigo de importantes acontecimientos históricos. En la plaza de San Pablo convergía lo más importante de la época. Por un lado desembocaba en ella la actual calle de las Angustias, que entonces era la Corredera de San Pablo, y registraba una de las mayores concentraciones de estos palacios.

        En la propia plaza se construían a principios del s. XVI unas importantes casas que luego serían el Palacio Real. Por otro lado, el complejo dominicano de San Pablo, integrado además de la iglesia y el convento, por el Colegio de San Gregorio, era uno de los ejes de la vida ciudadana: en la iglesia se celebraban frecuentemente las sesiones de las Cortes del Reino, y el Colegio comenzaba a ser uno de los focos intelectuales más importantes del momento. Su construcción, iniciada en el s XV, fue incorporando paulatinamente elementos de otras épocas. Consta de dos alturas, que son tres en el Torreón de la esquina, elemento que le da una cierta prestancia de nobleza. Sus muros son de adobe y tapial, posteriormente revestidos de ladrillo, excepto en las esquinas, portada y zócalo, en los que se ha empleado la piedra. Estructuralmente es un buen ejemplo de casa noble de la época: Portada de arco de piedra, zaguán, patio porticado, crujías en torno a él y un segundo patio dedicado a jardín.

        El Palacio perteneció inicialmente al Marqués de Astorga y después a Don Bernardino Pimentel, cuyos escudos pueden verse en las esquinas. Carlos V se alojaba en él en sus estancias en Valladolid. En una de estas estancias, el 21 de mayo de 1527 nació en él el príncipe Felipe, que más tarde sucedería a su padre en el trono de España como Felipe II. A mediados del siglo XVI el palacio ya pertenecía a los Condes de Rivadavia, de los que todavía hay escudos en la fachada, cuyos descendientes lo tuvieron en su poder hasta poco antes de ser adquirido por la Diputación Provincial en 1875, para ubicar en él su sede.

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