sábado, 17 de octubre de 2020

Oración a San José

 

Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén.

    (Oración a san José que reza todos los días el Papa Francisco) 

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén

 (Oración a san José del final de la Carta Apostólica Patris corde) 

      

     Oración a San José

 

    A Vos, bienaventurado San José 

acudimos  en nuestra tribulación,

y después de implorar el auxilio de

vuestra  Santísima Esposa,

solicitamos  también confiadamente

vuestro   patrocinio. Por aquella

caridad   que con la Inmaculada Virgen

María, Madre de Dios, os tuvo unido,

y el paterno amor con que abrazasteis

al  Niño Jesús, humildemente os

suplicamos  volváis benigno los ojos a

la herencia que con sangre adquirió

Jesucristo, y con vuestro poder y

auxilio socorráis nuestras necesidades.

    Proteged  ¡oh! providentísimo

custodio de la Divina Familia la escogida

descendencia de Jesucristo; apartad

de nosotros toda mancha de error y

corrupción, asistidnos propicio desde

el Cielo, fortísimo libertador nuestro en

esta lucha con el poder de las tinieblas;

y como en otro tiempo librasteis al

Niño Jesús de inminente peligro de la

vida, así ahora defended a la Santa

Iglesia de Dios de las asechanzas de

sus enemigos y de toda adversidad,

y a cada uno de nosotros protegednos

con perpetuo patrocinio, para que a

ejemplo vuestro y sostenidos con

vuestro auxilio podamos santamente

vivir, piadosamente morir y alcanzar

en el cielo la eterna bienaventuranza.

Amén. 

                                                                                                     

     Salve, José glorioso

     

Salve, José glorioso,

padre del mismo Dios,

desde tu excelso trono 

benigno míranos.

 

  Escúchanos piadoso

danos tu bendición       

danos reinar dichoso

en la inmortal Sión. (a Estribillo)

 

  Mi espíritu arrebata

tu plácida ventura

 y el alma en ti pensando

 se llena de dulzura. (a Estribillo)

 

  En ti, José, tenemos

al protector que vela

por nuestro bien, y en horas

de llanto nos consuela. (a Estribillo)

  

 Ah! Ven cuando invoquemos

tu excelso poderío,

e infunde en nuestras almas

de vencedor el brío. (a Estribillo)






 


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